lunes, 30 de abril de 2012
Perdido
Estaba perdido
cuando te encontré en el camino
que lleva a Larissa,
el camino que pasa por entre los cedros.
Creíste
que era un vagabundo
y me amaste por serlo.
No lo era.
Estaba perdido
cuando te encontré en el camino
que lleva a Larissa.
Leonard Cohen
lunes, 23 de abril de 2012
Leda y el cisne
Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.
Pablo Neruda
Fran Recacha, Leda y el cisne
viernes, 20 de abril de 2012
sábado, 14 de abril de 2012
lunes, 9 de abril de 2012
Calipso
Hay viajes que se suman al antiguo color de las pupilas.
Después de ver la isla de Calipso ¿es que acaso Odiseovolvió a mirar igual? ¿No se fijó un color como
un extraño cúmulo de algas
en sus pupilas viejas? lo mismo que en los pliegues
mínimos de la piel
se fosilizan besos y desdenes, así los ojos filtran
esa franja turquesa del mar que acuna islas,
medusas de amatista, blancura de navíos.
La piel es vertedero de memoria
lo mismo que el poema. Pero acaso unos ojos
extrañamente verdes de repente dibujen
empapados de luz
un boscoso archipiélago perdido.
Aurora Luque, La Mirada de Ulises
sábado, 7 de abril de 2012
El espejo
No hay hacha que te abra
sol en la selva oscura...
Ni espejo que te copie sin quebrarse.
Poema de Dulce María Loynaz
Imagen de Vlad Gansovsky
viernes, 6 de abril de 2012
Saeta
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
Antonio Machado
Pintura de Bruno Shmeltz
jueves, 5 de abril de 2012
La rosa
Hay que andar por el mundo como si no importara.
Sin preguntar el nombre del pájaro y la planta,
Ni al capitán del buque, a dónde lleva el agua.
Mirar al otro lado del que todos señalan,
Que es allí dónde crece la rosa inesperada,
Hablar con el herrero, del caballo y la fragua,
Pero mirando al fuego, con atenta mirada;
Puede que en un silencio, veas la salamandra.
Crear el nombre hermoso de alguna imaginaria mujer,
Y luego, a todos, preguntarles con ansia:
Si no la han visto, acaso te lleven a su casa...
En la copa vacía beber con esperanza,
Tal vez una divina locura, de cristal guarda.
Sacar siempre a los ojos, el aire azul del alma,
Ver lo que nunca alcanza la mirada...
Poema de Conrado Nalé Roxlo
domingo, 1 de abril de 2012
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