viernes, 4 de noviembre de 2011

Magma


Me bastaba con meter los dedos bien adentro de su coño, ya sabes, apretar fuerte e ir bajando al cabo de un rato, hasta tocar fondo, sin dejar de apretar. Luego deslizaba los dedos hacia arriba y hacia los lados, hasta tocar las paredes, y vuelta atrás, lamiendo y tal.
Se corría. Como si su coño entrara en erupción. Se oía un ruido como gárgaras, la carne palpitaba, le salía líquido. ¿ Y el olor ?. Ahí me perdía. Metía la nariz hasta el fondo para oler ese olor. Nunca tenía bastante.

Joel Rose, de Kill Kill Faster Faster

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