La belleza me hunde en la desesperación. Ya no me importa saber por qué sólo quiero quedarme. Cuando te veo bailar se abre una inmensidad tan cruel como un marinero a merced de la calma chicha. Toda la noche florecen en mí deseos redondos como melocotones: ya no puedo recoger los que caen.
Anne Carson
Imagen, Gonzalo Villar, Stigma
En mi cabeza también tengo grabado tu sexo como si de un tatuaje se tratara. No puedo quitármelo de encima, no me deja dormir, me subyuga y me tiene la mente nublada.
ResponderEliminari.mumm, no sabes cómo me pone que me digas eso.
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